El hecho, que se produjo en la madrugada de ayer en la profundidad de la selva del Caquetá, en el sur del país, causó una enorme conmoción en un país que cree haberlo visto todo en la degradación de un conflicto armado que ya cumple medio siglo.
“Lamentamos profundamente que hayan sido asesinados, indefensos, sin posibilidad de defender su integridad. Fueron vilmente asesinados con tiros de gracia; había cadenas en el sitio”, dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien contó que 3 de los cuerpos presentaban disparos en la cabeza y uno en la espalda.
Los ejecutados son el sargento mayor del Ejército José Libio Martínez Estrada, cautivo desde 1997. Su hijo, que nació meses después de su captura, se había convertido en un símbolo de la protesta contra el secuestro. Además, los integrantes de la Policía Nacional, el coronel Edgar Yesid Duarte, el mayor Elkin Hernández Rivas y por último el intendente jefe Álvaro Moreno.
La fallida operación de rescate fue iniciada por la policía hace cuatro meses cuando agentes de inteligencia obtuvieron una pista sobre el paradero de los secuestrados. Al confirmarse los datos, las autoridades desplegaron a un grupo de hombres de elite para que se internaran en la selva.
Entonces pidieron ayuda del Ejército Nacional y entre ambas fuerzas empezaron a avanzar a pie por la maraña de la selva. Llevaban 48 horas caminando con el objetivo muy cerca cuando sintieron los disparos. Al principio, pensaron que era un combate. “Nos vieron y los mataron a sangre fría”, relató una de las fuentes.
La palabra de Santos
El presidente Juan Manuel Santos dijo por su parte: “Es un crimen atroz que merece la condena de todos los colombianos y de la comunidad internacional. Los únicos responsables de esa acción vil, de ese crimen de lesa humanidad, son las FARC”.
Así también, Santos calificó como “lo más cruel que hemos visto en mucho tiempo” por parte de las FARC.
“Esto significa que estos héroes de la patria que sacrificaron su vida para darle tranquilidad al resto de los colombianos fueron torturados durante más de diez años, porque llevaban entre 12 y 13 años secuestrados y terminaron vilmente asesinados”, aseguró. “Ya me imagino que van a querer decir que fue la fuerza pública”, dijo Santos en su habitual declaración de los sábados, al señalar que los culpables son quienes les secuestraron y “apretaron el gatillo”.